“Algunas cosas se escriben en tu alma con tinta permanente”
F. Rubinato
Y algunas experiencias y viajes se convierten en recuerdos imborrables, como el inchiostro indelebile (tinta en italiano). Y como la última escapada que tuve la suerte de hacer hace unas semanas con Diana Torres, de Guáimaro. Además muy divertida, fue más que interesante.
Un viaje al pasado, al origen de la escritura, a la tienda museo de Francesco Rubinato.
Se mantiene tal como estaba cuando la fundó su abuelo en los años 50 en el centro de Treviso, al norte de Italia.
La pasión de Francesco por la escritura, las tintas y papeles antiguos junto con su colección de plumillas y plumas de otros siglos le llevó a recuperar la esencia de la antigua escritura para acercárnosla a los que disfrutamos con los procesos artesanales y la caligrafía.
Su fabricación es en gran parte artesanal. Y el resultado son pequeñas piezas que nos llevan a viajar en el tiempo, llenas de encanto y de detalles que las hace diferentes.
Tienen hasta un pequeño laboratorio al que pudimos pasar donde preparan las tintas de forma artesanal (no he puesto fotos porque no he hecho una buena) y con etiquetas escritas a mano con tinta.
Yo las utilizo para pintar y para hacer caligrafía, porque tienen unos colores muy particulares, con personalidad, y logran unas aguadas muy bonitas.
Si queréis probarlas podéis encontrarlas en GUÁIMARO (os va a sorprender el expositor que hay nada más entrar con una gran variedad de plumas, tintas y sellos con lacre) y si os apetece ver los colores en papel estaré encantada de haceros una demostración en el estudio, que está al final de la tienda.