Pasar un dibujo original a impresión es una tarea bastante laboriosa. Lo primero que hay que hacer es extraer el blanco, para que el fondo no se imprima y quede un dibujo limpio. Lo segundo retocar muy bien los colores para que sean justo los que quieres. Intento siempre que sean lo más parecido al dibujo original, aunque a veces aprovecho y los retoco un poco con el ordenador para dar más intensidad o variar un tono.
Y por último ajustarlo al formato para que quede en armonía con el papel.
El paso final es de los más importantes porque son las temidas pruebas de impresión ¡los disgustos que me llevaba al principio al ver que el color no era el que quería! Hasta que entendí esta parte del proceso y ya no tuvo misterios. Muchos clientes no distinguen las impresiones de los originales hasta que se lo digo, y se asombran del resultado.
El papel es también básico para mí. Me costó mucho encontrarlo pero es el papel que encaja a la perfección con mi filosofía: hecho a mano 100% de algodón reciclado que fija los colores para que duren años y años. Pero, sobre todo, este papel me enamoró por las 4 barbas naturales que le dan un toque estético especial. La magia la pone el recubrimiento especial que tiene por un lado, y que hace que los colores tengan un brillo difícil de superar en un papel artesanal.
He aprovechado para renovar un poco las impresiones que tenía en la web, así que veréis que alguna ha desaparecido. ¿Os gusta la nueva galería?
Puedes encontrar los NUEVOS PRINTS aquí.