El Museo del Ferrocarril cambia de aspecto una vez al mes para convertirse en un mercado de vanguardia. Es curioso ver la escena que tiene lugar el viernes. Cada uno de nosotros desfilamos cargados de ilusión pero también de muchos trastos… todos con una historia particular detrás. El museo se va transformando hasta que consigue meternos en la atmósfera de un mercado londinense. Se llena de ropa vintage, muebles, arte, decoración y diseño…
El sábado abre sus puertas al público. En la parte de fuera están los puestos de particulares que venden todo tipo de objetos de una forma muy original. Dentro se escuchan los sonidos melancólicos de la trompeta de Yzaguirre y los acordes de la guitarra de Anibal. Justo al lado de la cafetería en la que un viajero empedernido, Miguel Valle, nos espabila con el primer café de la mañana. Le reconoceréis porque aunque haya una cola tremenda, siempre sonríe. De fondo, la melodía de Penélope se va mezclando con los sonidos que llegan del otro extremo del museo. Son Roberta Medley y su inconfundible “Look Around”. Siempre hay corrillo para verles tocar en la zona de restauración. Aquí los puestos son de lo más variado. Podemos comer sushi, croquetas caseras, hamburguesas, bocadillos, paella… y acompañarlo con cervezas, cócteles o lo que se tercie según la hora.
Por aquí es por donde entra el tren de la fresa. Los viajeros llegan al mercado desde Aranjuez en vagones de madera de principios del siglo XX.
De vez en cuando vemos pasar a Teresa Castanedo o a Juan Fraile, los dos emprendedores que han puesto Mercado de Motores en marcha y que se han lanzado para dar forma a un espacio que ya se ha convertido en toda una referencia de los mercados europeos.
Si aún no lo conocéis os dejamos una muestra de lo que podéis encontrar en estos andenes. ¡Merece la pena!
¡Muchas gracias Pilar Álvarez por dejarnos este estupendo material gráfico!
Mercado de Motores se celebra el segundo fín de semana de cada mes.
Paseo de las Delicias, 61. Madrid.